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El Matrimonio: Rentabilidad Desde el Punto de Vista Económico


Dejando de lado el sentimentalismo, partiendo de datos y basándose en teoría económica, se podría deducir si el matrimonio es un “Buen o Mal Negocio”, la pregunta inicial es ¿Por qué contraen matrimonio las personas?, en resumen sería la formación de una familia, considerando que es un argumento aceptable por la mayoría; sin embargo, antes de aceptar este argumento, sería sensato pensar que los individuos antes de contraer matrimonio, prefieren esperar a conocer bien las características socioeconómicas de cada uno (Oppenheimer et al., 1997; Oppenheimer, 2000), esto a su vez, conllevaría a emparejamientos entre individuos de un mismo nivel de vida, con la idea de mantener un mismo status quo en la conformación de la nueva familia; en términos simples las condiciones laborales o de generar ingresos son observados por ambos individuos antes de formar una pareja, debido a que, al “conocerse mejor” se disminuye la probabilidad de una futura separación.

Es importante mencionar que las expectativas de los individuos juegan un rol fundamental en la formación de un matrimonio, posiblemente si las mismas están dirigidas a mejorar la formación académica o posicionarse mejor en el mercado laboral, la conformación de un matrimonio o una familia dificultarían cumplir con dichas expectativas.

Por lo tanto, el elemento fundamental en que radicaría la formación de un matrimonio sería la noción de tener en conjunto los recursos suficientes para mantener un status de vida, siempre que estos recursos sean estables a lo largo del tiempo y que las expectativas de ambos futuros cónyuges concuerden, ¿Un poco difícil, no?.

En términos racionales (no sentimentales), el matrimonio es la acción de decidir o aceptar responsabilidades derivadas de la convivencia en conjunto y de la procreación, siempre y cuando se mantenga un nivel de vida deseado; por lo tanto, como toda decisión que implica responsabilidades, se deberían considerar los factores que determinarían el éxito de cumplir con dichas responsabilidades:

1. Ingresos estables
2. Activos de respaldo
3. Expectativas comunes.

Estos factores son definitivos para la consecución de un matrimonio; incluso los mismos han generado cambios de conducta en la población de la mayoría de los países desarrollados, siendo particularmente interesante el aumento de la edad promedio para casarse, como consecuencia de que los jóvenes (30 años o menos), tienen pequeñas oportunidades para generar ingresos estables, adquirir una vivienda y generalmente están en procesos de formación laboral o académica; como es evidente, esta situación además de retrasar el matrimonio, puede fomentar la soltería definitiva.

De manera innegable, el matrimonio será rentable siempre y cuando cada conyugue ofrezca algo diferente y complementario al otro (Becker, 1973, 1974, 1993) aunque sea difícil de aceptar para una parte de los lectores, el matrimonio es un contrato que determina los beneficios que obtendrán ambas partes, por lo tanto no es muy diferente de un contrato de negocios.

Sé que esto sonará aún más ofensivo para algunos, pero Becker estima que la división del trabajo en el matrimonio era lo que lo hacía rentable, es decir que uno de los conyugues se dedicara a recibir ingresos del mercado laboral, mientras el otro se dedicaba a especializarse en labores domésticas, por eso, “casarse resultaba mejor negocio que permanecer soltero. Sin embargo, desde que las mujeres invierten cada vez más en capital humano destinado al mercado laboral y extienden su participación al mundo del empleo remunerado, sus ingresos potenciales aumentan. Esto provoca que el coste de oportunidad del matrimonio y de la maternidad sea alto para ellas, y en otras palabras el matrimonio deja de ser rentable” (párrafo obtenido de Martínez Pastor, Juan Ignacio 2008).

Cuando ambos individuos observan que obtienen más ingresos por parte del mercado laboral que por lo que podrían lograr en actividades domésticas, se desincentiva aún más la decisión de matrimonio.

Si esto no fuera suficiente, Becker insiste en que “el matrimonio tiene sentido si se tienen hijos y que lo más eficiente, si se tienen, es una estricta división de tareas. Desde que la mayoría de las mujeres opta por una carrera laboral, esa estricta división de tareas deja de ser tan ventajosa. Becker señala que a las mujeres, entonces, no les interesa el matrimonio. De esta lógica y perspectiva se deduce que no sólo a algunas mujeres deja de interesarles el matrimonio, sino también a algunos hombres, dada la dificultad para negociar el establecimiento de un hogar familiar de la manera eficiente que propugna Becker. A ellas no les interesa casarse porque tienen empleos remunerados y perderían oportunidades laborales si se dedicasen a formar una familia. A ellos, por su parte, no les interesa contraer matrimonio porque ellas tienen empleos remunerados y ellos tampoco están dispuestos a ocuparse del hogar y de los niños” (Párrafo obtenido de Martínez Pastor, Juan Ignacio 2008).

Prosiguiendo con el desarrollo teórico, supongamos que una pareja de individuos decide casarse y desean tener un hijo, lo factible es realizar una valoración de sus ingresos y los costes monetarios de dicho hijo (Algo que me parece poco creíble en nuestra sociedad hondureña). Este racionamiento determina si el sostenimiento de la familia, específicamente de los hijos, es una inversión o un consumo. Cuando los ingresos superan los gastos, los hijos son una inversión, cuando los ingresos son menores que los gastos, lo hijos son un consumo. Los hijos al ser un consumo intertemporal, que se financiaría con crédito no con un ingreso, esto podría generar un deterioro del status de vida de la familia como unidad en cierto período de tiempo.

En relación a lo anterior, la decisión de tener hijos tampoco es trivial, debido a que el escenario de vida cambia de un matrimonio sin hijos a un matrimonio con hijos. Este razonamiento posiblemente ha generado una desaceleración en la tasas de natalidad o incluso que existan matrimonios que no tienen hijos, debido a que la rentabilidad del matrimonio, si aún caso la tiene, se nulifica con la llegada de los hijos en la mayoría de los casos.

En conclusión: ¿Es rentable el matrimonio?, la respuesta al final no se puede centrar únicamente en los aspectos económicos; existen una multitud de aspectos subjetivos que pueden otorgar una rentabilidad al matrimonio, más allá de lo que se puede monetizar.

Algunos datos interesantes para reflexionar sobre si hoy en día el razonamiento económico importa a la hora de casarse:

Edad promedio para casarse y salario promedio mensual:

Argentina
34 años hombres, 31 años mujeres y salario promedio mensual US$ 735.0.

Chile
34 años hombres, 30 años mujeres y salario promedio mensual US$ 660.0.

España
31.8 años hombres, 29.6 mujeres y salario promedio mensual US$ 2,457.4.

México
28 años hombres, 25 años mujeres y salario promedio mensual US$ 463.0

Honduras
25 años hombres, 23 años mujeres y salario promedio mensual US$ 268.8

Costo monetario promedio de la mensualidad anualizada de educar un hijo (Educación Privada) por nivel en Honduras:

• Pre-básico costo anual: US$ 1,156.0
• Primaria costo anual: US$ 1,390.0
• Secundaria costo anual: US$ 1,860.0
• Universitaria costo anual: US$ 2,040.0

Las tasas de natalidad siguen cayendo en todo el mundo, especialmente en el mundo desarrollado mientras que la esperanza de vida sigue aumentando.

Tasa de crecimiento anual de la población mundial (años elegidos):

o 1979-1980 1.8 %
o 1989-1990 1.7 %
o 1994-1995 1.5 %
o 1999-2000 1.3 %
o 2004-2005 1.2 %
o 2008-2009 1.1 %

Comentarios

  1. Si las personas realizaran un analisis economico para elegir una pareja, con el objeto de mantener el mismo estilo de vida, tendrian que ver el nivel de riesgo que se corre,(como en cualquier inversion que se realiza) como quedar desempleado, una incapacidad, crisis economica etc. en este caso en lugar de mejorar su nivel de vida, empeoraria; o simplemente las personas no correrian el riesgo, y segurian en su solteria???

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  2. Es una lastima comparar las cifras de Honduras con los otros paises! Acaso seremos mas sentimentales q' racionales? Las cifras reflejan nuestro poco incentivo hacia un mejor status de vida.

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  3. Muy interesante desde el punto de vista economico y es que aveces no se tiene no se tiene en cuenta q no solo de amor se vive y se comete el error de llegar a ese compromiso sin tener en cuenta muchas otraa cosas mas, como bien lo dice un hijo en nuestra sociedad y para la mayoria de los hondureños un hijo solo representa consumo y nada de inversion, mas cuando por excusas triviales preferimoa no estudiar y dedicar el valioso tiempo solo al ocio nos convertimos en una sanguijuela q solo vive de los demas....

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