Esto ha significado una reducción en el acervo de capital (principalmente carreteras, puentes, energía etc…) limitando la expansión de la frontera de posibilidades de producción, debido a que la inversión pública es una de las principales bases en las que se sostiene la inversión privada.
De seguir con esta tendencia, la brecha entre el gasto corriente y la inversión seguirá expandiéndose, sacrificándose la formación de capital, que tendrá indiscutiblemente una repercusión importante en el crecimiento económico en el mediano plazo.
Después del año 2009, debido a la severa contracción de la economía, se ha observado un decrecimiento general en el gasto de gobierno, el gasto en consumo paso de 16% del PIB a 13.8%, mientras que la inversión pasó de 3.6% del PIB a 2.8%. Al analizar únicamente a la Administración Central, la tendencia es similar, el gasto en consumo se contrajo de 13.8% del PIB a 12.4%, mientras que la inversión pasó de 2.8% del PIB a 1.6%.
Es indudable que el estancamiento se debe en gran parte a la reducción de la acumulación de capital, esto ha generado una reducción en la actividad productiva y por ende los efectos de segunda vuelta en el resto de agregados económicos han sido negativos o a lo sumo se han mantenido constantes.
El comportamiento de la inversión pública post crisis 2009
Lo anterior significa que si bien es cierto los gastos han crecido en términos nominales, su crecimiento ha sido cada vez menor, por ende su participación respecto al PIB ha disminuido.
También es manifiesta la brecha entre el gasto de consumo y la inversión, esta diferencia se mantiene en alrededor 11% del PIB entre ambos.
Este comportamiento ha tenido coherencia respecto al desempeño de la economía, la cual se ha mantenido estancada en un crecimiento promedio de 3.6% en los últimos 3 años, siendo este resultado menor al crecimiento potencial de la economía que debería ser levemente superior al 4%.
Presupuesto aprobado 2013
Para el año 2013, según el presupuesto aprobado para la Administración Central, se mantendría la tendencia de reducción del gasto público como se muestra a continuación:
Según el cuadro anterior el nivel de inversión pública respecto al PIB es el más bajo en los últimos 14 años, sin embargo, el gasto corriente mantiene su participación respecto al PIB similar al promedio que se registró durante el período 2000-2012. Esto indica que nuevamente se sacrificará la formación de capital, situación que tendrá repercuciones en el desempeño económico.
En relación a lo anterior se ha propuesto expandir el gasto en inversión, principalmente por su efecto positivo en la actividad económica en el mediano y largo plazo; Sin embargo, esta decisión significará un aumento en el déficit público, y por ende un aumento en el stock de deuda pública.
La decisión de aumentar la inversión dependerá de realizar una ponderació entre el sacrificio que se realizará, en téminos de endeudamiento, se compensará con un beneficio económico en el futuro; para ello es importante tener en cuenta dos evidencias significativas.
Primero, El aumento de la inversión de la Administración Central, además de aumentar el déficit y el stock de deuda, posiblemente no tendrá un efecto positivo durante el presente año, debido a los rezagos que tiene la ejecución de los proyectos de inversión, pero durante esta fase se generarán empleos y beneficios colaterales.
Segundo, en el mediano plazo el aumento del stock de capital ampliará la frontera de producción, generando mayor dinámica en la actividad productiva nacional.
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